martes, 15 de noviembre de 2011

La calidad de la educación en Bolivia

Sin suscitar ningún debate fueron presentados en julio los resultados del Estudio del Subsistema de Educación Regular realizado por el Observatorio Plurinacional de la Calidad de la Educación con la contribución de UNICEF-Bolivia. ¿Será que a los bolivianos nos avergüenza nuestra realidad educativa? 


Este estudio se proponía evaluar la calidad de la educación en Bolivia sometiendo a estudiantes de quinto y octavo de primaria y cuarto de secundaria a pruebas de razonamiento lógico-matemático, conocimiento de la historia nacional y comprensión lectora, es decir capacidad de comprender lo que se lee.

El resultado de este Estudio demuestra que solo un promedio del 13,6% de los alumnos superó con satisfacción las pruebas, mientras el restante 86,4% mostró niveles entre medio, bajo y muy bajo, en particular en la capacidad de comprender lo que se lee. Para los que conozcan el programa del Frente Estudiantil Revolucionario por el Derecho al Estudio, publicado como folleto y en el primer número de El Militante, los resultados de este Estudio no son una novedad. 

Ya en 1997 los estudiantes bolivianos resultaron ser los últimos a nivel continental en pruebas similares organizadas por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación.  Las pruebas de este estudio fueron superadas casi exclusivamente por estudiantes de las mejores, más exclusivas y costosas escuelas particulares del país. Mostrando claramente que los que tienen mayores posibilidades son estudiantes de familias con más altos recursos. De hecho de cada 10 matriculados en las Universidades públicas y privadas del país, 7 vienen de las familias con rédito más alto (datos INE).

Hace años venimos discutiendo en Bolivia de modelos pedagógicos, de constructivismo, de praxis, de revoluciones educativas etc., sin enfocar este que es el verdadero corazón del problema: la educación en Bolivia es un privilegio de las clases medio altas del país. En los establecimientos educativos fiscales se lidia cada día con falta de infraestructuras, con cursos de 40 y más alumnos, particularmente en las áreas urbanas, lo cual es antipedagógico, ningún seguimiento pedagógico. Los estudiantes de bajos recursos no tienen acceso a libros, clases particulares gratuitas para los que estén en dificultad, infraestructuras dignas y funcionales. 

La revolución educativa empieza por elevar el gasto público en educación a niveles que permitan limitar a 20 el número de alumnos por cada curso, realizar un plan nacional de infraestructuras educativas, facilitar con becas para los de bajo recursos el acceso a libros de texto, dotar las escuelas de material audiovisual etc. Esta es la lucha por el derecho al estudio.

A continuación un cuadro de resumen del resultado del Estudio, por curso y departamentos



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